martes, 24 de febrero de 2009

Aporte de Maru - Mix

Héctor va y viene en círculos alrededor de la celda, mordiéndose el labio inferior de manera nerviosa. Se sienta y se para del catre repetidas veces, con movimientos bruscos. Se encuentra exaltado. Sus ropas se encuentran rasgadas. De repente se precipita hacia las rejas. Quiere gritar mas no puede emitir sonido alguno. Desesperado retrocede. Se abalanza nuevamente hacia las rejas con intención de derribarlas. Algo que brilla en el suelo le llama la atención y se detiene en seco. Se acerca lentamente. Sus ojos brillan de ansiedad. Recostado en el suelo ve un encendedor plateado, un poco más alejado un cigarrillo. Estira su mano derecha lo más q puede, pero no logra alcanzarlo. De pronto se encuentra en su cama, sobresaltado. Gotas de sudor corren por sus mejillas. La falta de nicotina comienza a hacer efecto en su cuerpo. Trata de controlarse, aunque no encuentra la manera de manejar su cuerpo. Entra en estado de total frenesí. Comienza a alucinar. Tiene breves momentos de lucidez, en los cuales intenta concentrarse para no dejarse llevar por la tentación. Pero ninguno de sus intentos es lo suficientemente poderoso como para sacarlo de ese trance en el que entró. En un último grito termina su dolor.



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Quizás la muchacha se quedó dormida esperando a alguien. Dejó la puerta entreabierta para que la puedan encontrar. Duerme esperando algo que nunca va a llegar, por más que lo sepa no pierde las esperanzas. En esa habitación no entra el sol, está rodeada de colores oscuros y opacos. Se encuentra angustiada, se siente sola. El lugar es muy chico, pero a la vez demasiado grande para un mujer sola. Se siente perdida. Es una muchacha con mucho para dar. Siente mucho amor mas el cansancio la venció. Quizás sueña con una vida mejor. Tal vez espera encontrarse con algo o con alguien cuando despierte y que eso sea lo que tanto ha estado esperando. Es probable que sus sueños sean su refugio, aunque sabe que al fin y al cabo los sueños sólo sueños son. Debe soñar para escapar de su realidad, una realidad triste y gris. Está volando, toca el cielo con las manos. Se despierta, le arrancan las nubes de entre los dedos. Vuelve a cerrar los ojos imaginando, se va un poco más lejos. Cada vez que los abre el paisaje es el mismo, el sentimiento es el mismo, su corazón sigue vacío. Su alma continua pesándole tanto que lo único que la alivia es sentarse sobre esa nube tan tibia, tan blanca, tan suya.


1 comentario:

  1. Parece que hay por lo menos tres personas que tienen las mismas cosas en la cabeza...


    Marilina

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